En el quinto programa de MasterChef los participantes se adentraron en las maravillas de la cocina macrobiótica. En parejas, debieron preparar platos teniendo en cuenta que este tipo de alimentación restrictiva apuesta por limitar el consumo de carnes de todo tipo, aves, café y comidas saladas.
Amelicious y Meri presentaron “Verde que te quiero verde”, y aunque las participantes aceptaron que probablemente el nombre “no era el más acertado” a lo que le llevaron a los jueces, lo defendieron con uñas y dientes. “He hecho una crema de aguacate y brócoli. Nos basamos en las propiedades nutricionales y curativas de los alimentos. Esto que presentamos es detox. Hemos intentado hacer un plato sano y promocionar el tema de la salud”, explicó la dupla. A pesar de las risas que provocó la defensa de lo que cocinaron, el jurado destacó que se hayan preocupado realmente por presentar una opción “healthy”, ya que generalmente se venden platos que dicen serlo, pero y a fin de cuentas, son tan nocivos como cualquier otro.
En esta parte de programa, se anunció que se otorgarían dos delantales negros, a pesar de las ganas que tenían de “entregar 7” porque ningún participante se lució en la competencia y dejaron a los jueces boquiabiertos ante semejante fracaso. “Afortunadamente hay dos parejas que estuvieron por encima de las demás. Nos han presentado cuatro platos que eran justamente lo que pedíamos. Esas dos parejas son: Ofelia y Toni y María y Alicia”, anunció Samantha Vallejo-Nágera.
De las dos parejas, la mejor fue la de Ofelia y Toni, siendo el último el ganador de esta prueba. “Ser el mejor es una motivación brutal. Me da esa fuerza que necesitaba. A partir de ahora solo puedo ir para arriba y no frenar nunca en perseguir el sueño”, dijo el concursante respecto a su turno. Por otro lado, los peores de la gala fueron Arnau y Jiaping, debiendo cambiar los delantales blancos por los negros.
Luego, los concursantes se dividieron en dos grupos y cada uno fue presidido por un exMasterChef Junior de la 8° temporada: Henar y Antony. Para la prueba debieron elaborar un plato digno de librarse de la expulsión con carne de raza autóctona. Henar se mostró sumamente contenta por reencontrarse con Jordi Cruz Mas e incluso bromeó con Ofelia, quien ya ha declarado su amor platónico por el cocinero, diciendo que no le tenía celos porque ella “es más guapa”. “Estoy tranquila. No tengo envidia. Sé que Jordi me quiere”, dijo la niña, y el juez de programa aseguró que su corazón es de ella. “Lo echaba de menos. Acabo de volver a MasterChef, en una playa…”, dijo Henar, que fue interrumpida por Antony que acotó: “¡Uh! Una luna de miel”.
Con las manos en la cocina, Antony le preguntó a Jiaping y Arnau por qué llevan el delantal negro y ellos intentaron explicarle mientras los demás del equipo aseguraban que entre ellos “había amor”. El niño calmó las aguas al grito de “aquí no quiero salseo” y dejó a todos boquiabiertos.
Luego, Henar se acercó para contarle a su compañero que a Dani le gusta Jiaping y ya se pusieron en plan casamentero. Ella le dijo a “la China” como le dicen sus compañeros, que Dani tiene un interés amoroso sobre ella y luego lo buscaron a él, y Antony les pidió que se besen. A la cuenta de tres, los concursantes, con mano de por medio, se dieron un besito que puso a los gritos a los dos niños.
Cabe destacar que quienes se lucieron en esta prueba fueron los del equipo azul, es decir, los integrantes del grupo de Henar. Por otro lado, el equipo rojo, o sea el de Antony, la pasó fatal con la devolución de los jueces que se mostraron sumamente decepcionados por el desempeño de los cinco concursantes.