Siempre se ha dicho que el trabajo de famoso es un tanto ingrato. Así como los buenos tiempos garantizan salarios ostentosos y una vida de lujos, los malos, que tarde o temprano terminan llegando, causan que el bolsillo flaquee y que la cartera sufra. Por eso, es normal que cada uno de los que vemos en la televisión tenga un pequeño negocio aparte de su trabajo. Algunos personajes, como Belén Esteban con su gazpacho, apuntan a algo público, que todo el mundo puede ver; mientras que otros buscan que pase más desapercibido. Este último es el caso de las mujeres Campos, que han sabido montar una empresa que casi podríamos definir como secreta.
Vale aclarar que no se trata de nada ilegal o cuestionable, pero sí de algo que ha pasado desapercibido. A lo largo de todos estos años, tanto María Teresa Campos, como Terelu y Carmen Borrego y, en el último tiempo, Alejandra Rubio, han encontrado el negocio perfecto: monetizar y sacarle rédito a todo lo que sucede en su vida a través de las portadas de revistas.
A simple vista puede parecer algo sin sentido o rebuscado, pero es imposible calcular cuántas portadas ha protagonizado este clan. Todos los medios escritos se desesperan por tenerlas, tanto así, que en más de una oportunidad su fotografía ha aparecido en la tapa de todas las publicaciones de la semana, algo que por un lado significa dinero, porque muchas de esas producciones no son gratis, y por el otro, la posibilidad de estar en el cotilleo diario, en la vida del público, algo que ninguna cifra puede comprar.
Ese es el negocio que han montado en secreto las mujeres Campos. Su inteligencia y capacidad para reinventarse, venderse y hacer un espectáculo de su vida les ha dado rédito, las ha transformado en la familia con más portadas de toda España y les ha garantizado un presente y un futuro promisorio.