Quienes crean arte siempre tienen una inspiración, algo o alguien que los y las incita a expresar lo que sienten, lo que piensan o a imaginar un mundo completamente diferente al acostumbrado. A menudo, esto queda solapado, guardado en el secreto de sus mentes. Sin embargo, hay ocasiones en las que es imposible contenerlo o se hace evidente, tal es el caso del gran Pedro Almodóvar.
Según contó él mismo, su madre, Francisca Caballero, fue una de sus máximas inspiraciones, la que le enseñó el valor y la importancia de la ficción cuando apenas era un niño. Por aquel entonces, ella se dedicaba a leerle cartas a sus vecinas analfabetas. Un día, Pedro descubrió que lo que decía en voz alta no tenía nada que ver con lo que estaba en el papel y lo recriminó: "¿Por qué le has leído que se acuerda tanto de la abuela, y que echa de menos cuando la peinaba en la puerta de la calle, con la palangana llena de agua? La carta ni siquiera nombra a la abuela", preguntó enojado, a lo que ella respondió: ""¡Pero has visto lo contenta que se ha puesto!"- Fue en ese momento que se dio cuenta de la diferencia entre ficción y realidad, y de cómo la realidad necesita de la ficción para ser completa, más agradable y más vivible, según sus propias palabras..
Esa anécdota, tan pequeña, pero a la vez tan significativa, dejó una huella en el director, huella que se transformó en la guía de su cine y de su obra. No es de extrañar, entonces, que su madre haya aparecido en cintas como "Átame", "Mujeres al borde de un ataque de nervios", "Kika" o "¿Qué he hecho yo para merecer esto?", ni tampoco que su esencia y su vida se haya visto reflejada en "Todo sobre mi madre", estrenada pocos días antes de la muerte de su musa en 1999, o en "Dolor y Gloria", quizás una de sus películas más personales, íntimas y autobiográficas.
Podríamos extender esto a lo largo de párrafos y párrafos, marcando aquellos momentos en lo que se puede ver esta inspiración. Sin embargo, invitamos a ustedes a que lo hagan, a que repasen la filmografía del gran Pedro, de memoria o volviendo a verla, para encontrar aquellas escenas, frases e historias que encierran la esencia de Francisca Caballero, la primera chica Almodóvar.