Viernes 12 de Enero 2024
ROCIO JURADO

Rocío Jurado: ¿Qué fue de la finca Yerbabuena, el sueño de “La más Grande” y José Ortega Cano?

El lugar fue el hogar del emblemático matrimonio durante casi 15 años.

Rocío Jurado y José Ortega Cano. Fuente: Instagram
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Sin lugar a dudas, Rocío Jurado fue una de las artistas más trascendentales de la música española. Con una fama internacional que muchos envidiarían, no por nada recibió el apodo de “La más grande”. A pesar de contar con una carrera llena de éxitos, Jurado nunca dejó de lado su vida personal. Como es bien sabido, su familia siempre ocupó un lugar muy importante, especialmente luego de enamorarse de José Ortega Cano (67).

Rocío Jurado y José Ortega Cano. Fuente: Instagram

El entonces torero fue el confidente, amigo y compañero de viaje de la cantante durante las últimas dos décadas de su vida, y junto a él ideó muchos proyectos y planes para el futuro. Muchos, tristemente, jamás llegaron a materializarse a causa de un cáncer de páncreas que nos robó antes de tiempo a la artista. No obstante, pudo realizar uno de sus sueños más importantes: Yerbabuena.

Rocío Jurado y José Ortega Cano en Yerbabuena. Fuente: Instagram

Yerbabuena es una finca situada en la localidad sevillana de Castilblanco de los Arroyos que los tortolitos compraron en 1994 con la intención de convertirla en su hogar. Allí, dieron el “Sí, quiero” en 1995, frente a más de 2300 invitados, además de transmitir la ceremonia por todas las cadenas de televisión española. Años más tarde, harían lo mismo Rocío Carrasco y Antonio David Flores.

Boda de Rocío Jurado y José Ortega Cano. Fuente: Instagram

Durante casi 15 años, la finca fue ese hogar familiar que Rocío había deseado por tanto tiempo. Bajo ese techo criaron a José Fernando y Gloria Camila, los dos niños colombianos que la pareja decidió adoptar a finales de 1999. Asimismo, compartieron tardes eternas con sus nietos, Rocío y David.

Rocío Jurado y José Ortega Cano junto a sus hijos, José Fernando y Gloria Camila. Fuente: Instagram

No obstante, el 1 de junio de 2006 llegaba la fatídica noticia de que “La más Grande” ya no se encontraba entre nosotros. Tras ese triste hecho y el consecuente cambio de vida que debió afrontar, Ortega Cano decidió poner en venta Yerbabuena. “Han sido años muy intensos y no se pueden olvidar. Tengo unos recuerdos maravillosos” expresó en su momento.

Rocío Jurado y José Ortega Cano. Fuente: Instagram

 

Yerbabuena post Rocío Jurado

 

La transacción se efectuó en 2013 por un precio de 5 millones y medio de euros y la propiedad cayó en manos de la empresaria y ganadera peruana Rocío Leonor, quien contaba con una dramática historia de vida: su padre murió de cáncer tras amasar una gran fortuna en las minas de Perú y poco después fue asesinado uno de sus hermanos, víctima de un asalto.

Yerbabuena. Fuente: Instagram

Sin embargo, comprar Yerbabuena no fue tarea fácil. Sobre ella había una denuncia interpuesta desde 1992 por parte de un grupo de ecologistas que aducían que el cambio del recorrido de las vías pecuarias de la zona fue hecho a antojo del interés particular de los dueños de las fincas. Un conflicto judicial que la nueva propietaria del terreno heredó desde agosto de 2013 y cuya resolución se desconoce hasta el día de hoy.

Yerbabuena. Fuente: Instagram

Actualmente, con un simple vistazo a la página web de Yerbabuena puede deducirse que el lugar y sus múltiples espacios -el patio, el salón Rocío Jurado, la ermita de la Virgen, la laguna Dehesa y el salón Carpa Boda- están enfocados principalmente a la organización de eventos.

Yerbabuena. Fuente: Instagram

Esto no es ninguna sorpresa, puesto que la finca cuenta con todo lo necesario, especialmente para la celebración de bodas: gran extensión al aire libre para enlaces civiles y una íntima ermita para ceremonias religiosas.

Yerbabuena. Fuente: Instagram

A su vez, Yerbabuena está abierta al público y se puede visitar la finca y conocer su historia a través de una visita guiada a pie, en trenecito o a través de rutas en carros de caballos; para hacerlo, solo es necesario reservar con antelación.