La vida de los y las deportistas tras el retiro es una especie de ruleta rusa. Algunos logran mantenerse vinculados de alguna forma a la actividad, otros siguen sacándole provecho a sus días de gloria deportiva, otros se alejan e invierten sus ganancias en negocios que le den tantos réditos como necesiten y otros deciden alejarse y no aparecer más. Sin embargo, también hay otros que ven como su existencia se derrumba y terminan muy lejos de lo que supieron ser.
Este último parece ser el caso de Arantxa Sánchez Vicario, la tenista que supo ser número 1 del mundo, ganar 29 títulos internacionales y transformarse en un emblema y referente del deporte en el país y que ahora se enfrenta a la posibilidad de terminar en la cárcel.
Según informó la fiscalía de Barcelona, tanto ella como Josep Santacana, su ex marido, cometieron el delito de alzamiento de bienes, y ocultar su patrimonio a través de un testaferro con la intención de evitar un pago al Banco de Luxemburgo. “Idearon un plan consistente en descapitalizar su numeroso patrimonio, frustrando de este modo el cobro de dicha cantidad” afirma la denuncia. De confirmarse los cargos, ambos tendrán una condena de cuatro años, 8640 euros de multa y 6.1 millones en concepto de responsabilidad civil.
Lejos quedaron los días de gloria, los tres Roland Garros (1989, 1994 y 1998), el US Open (1994), las cuatro medallas olímpicas y los casi 17 millones de euros ganados en su carrera. Arantxa Sánchez Vicario enfrenta su momento más difícil, la justicia la tiene en la mira y es probable que termine pagando con su libertad.