En 2011, José Ortega Cano protagonizó un incidente de tráfico que le costó la vida a una persona, Carlos Parra. Tres años después, fue condenado por la justicia bajo los cargos de homicidio imprudente y conducción temeraria, lo que le valió una estadía de 13 meses en la cárcel. El torero nunca había hablado sobre lo sucedido, pero aprovechó su visita a Viva el Verano para dar detalles inéditos sobre lo que vivió en ese período.
Lo primero que aclaró es que en ningún momento tuvo miedo por estar en prisión, aunque sí se sentía muy triste. Explicó que se hizo amigo rápidamente de todos en la celda, que todos lo querían mucho y que enseguida “hasta los más fuertes y fieros estaban comiendo de su mano”
Es por eso que no la pasó mal, aunque sí tuvo un momento que lo destrozó por dentro. Según sus palabras, lo más difícil fue enterarse de la muerte de José María Manzanares, su padrino en el toreo y uno de sus más grandes amigos. “Cuando supe que murió solo en su finca se me vino el mundo abajo. Fue muy duro, muy duro”, contó el diestro.
Si bien ya pasaron diez años desde el accidente y efectivamente ha cumplido con su condena - y más allá de que se podría debatir si fue poca o suficiente - Ortega Cano aprovechó para dedicarle unas palabras a la familia de la persona a la que chocó. "Pasó una cosa a la que todavía no le he encontrado el motivo por el que pasó. La familia y esa persona fue un palo muy gordo para mí y... ¿qué te voy a decir?", dijo, dejando un mensaje un tanto ambiguo.