En 2011, Telecinco presentaba, sin saberlo, a la que sería su colaboradora más generadora. Anabel Pantoja llegó a la televisión hace poco más de diez años como defensora de su primo, Kiko Rivera, mientras él concursaba en Supervivientes 2011. Entró al plató de El programa de Ana Rosa muy nerviosa, tanto su actitud como su aspecto físico distaban mucho de cómo la conocemos ahora.
Era una incógnita el resto de la familia de Isabel Pantoja, por lo que la llegada de una prima hermana de Kiko Rivera llamaba mucho la atención. La influencer creció con la cantante y sus hijos en Cantora, por lo que su relación era muy cercana, incluso la artista llegó a decir que era como una hija. Con su naturalidad y lengua filosa, Anabel conquistó a los productores de Mediaset y a la audiencia.
Ana Rosa fue la visionaria que la contrató como colaboradora de su programa, esto le dio más visibilidad y empezó a ganarse un lugar en la pantalla. Luego, continuó trabajando para Telecinco en el plató de Mujeres y Hombres y Viceversa durante tres años. En 2014, Anabel se animó a participar de Supervivientes igual que su primo, pero lastimosamente no duró más de dos semanas en la isla y fue la segunda expulsada.
Su lugar no estaba en los realities sino como colaboradora, donde demostraba que podía aportar algo más que opiniones sobre los problemas de los famosos. 2015 fue el año en el que su carrera dio un vuelco: comenzó a colaborar en el debate de Gran Hermano y debutó en Sálvame, el programa del corazón por excelencia de Mediaset.
Así, de a poco, Anabel Pantoja empezó a tener más popularidad en la audiencia y sus redes sociales crecieron a pasos agigantados. Sus seguidores disfrutaban de su día a día y se convirtió en una verdadera influencer. Desde que saltó a la televisión, físicamente ha cambiado mucho. En 2012 se puso una banda gástrica que la hizo perder treinta kilos, pero nunca fue feliz con ello.
Su sinceridad, la forma en la que valora todo tipo de cuerpos y el mensaje body positive fueron una clave para que los usuarios de redes sociales la sientan auténtica y la defiendan. Anabel siguió intentando en otros realities, pero definitivamente eso no era lo suyo, la audiencia quería verla en un plató. A medida que crecía su imagen, supo hacer valer su nombre y convertirlo en una empresa.
De esa manera, Anabel Pantoja creó una empresa de manicura y pedicura y una línea de trajes de baño. Nunca para de trabajar. Además, sus contestaciones, sus ocurrencias y la facilidad que tiene para transformar algo insignificante en un show, la transformaron en una colaboradora imprescindible en Sálvame. Soporta cualquier tipo de pelea, se planta y responde, aunque a veces salga lastimada, como ocurrió con Rafa Mora y su primo, Kiko Rivera.
Anabel Pantoja pasó de ser “la sobrina/la prima de” a una figura de la televisión con diez años de carrera. Cruzó la barrera de ser sólo un apellido conocido, algo que no muchos han conseguido. Este 2021, no hay un día en que sus peleas y su boda no sean nombradas en los platós de todos los canales. Incluso, Mediaset preparó un documental dedicado a su vida. Con 35 años, la Pantojita aún tiene mucha carrera por delante.