Tanto la vida como la carrera de Julio Iglesias están llenas de momentos que valen la pena contar. El músico ha pasado la mayoría de sus días entre conflictos familiares, en especial con Enrique Iglesias: rumores, leyendas urbanas y, sobre todo, infinidad de negocios millonarios, algunos que salieron bien, así como otros, que tuvieron un resultado adverso.
En este último punto, hay una historia que se destaca por sobre el resto, pero que es desconocida para la mayoría de sus seguidores. A principios de la década del 80, Julio Iglesias adquirió una finca en Villa Gesell, una localidad costera ubicada en Argentina, que definió como el lugar en el que se imaginaba realizando lo siguiente: “viviendo parte de mi vida allí, y que cuando pase por las calles la gente del pueblo me saluda y me quiera”; no obstante, este sitio terminó siendo el lugar de algunas de sus peores pesadillas.
La propiedad fue adquirida por un millón de dólares y significó un proyecto faraónico para el cantante, que la bautizó como 'Momentos', en honor a uno de sus discos. Su idea original era incluir un chalet de tres plantas, un comedor de 300 metros, su dormitorio de otros 100, decenas de habitaciones con baños en mármol, siete casas para el personal de servicio, ocho caballerizas, campos de fútbol, una piscina de diecisiete metros y hasta la increíble —y desorbitada— cantidad de nueve molinos.
En total trabajaron cerca de 130 obreros que intentaron forjar el hogar que anhelaba Julio iglesias, en una obra que nunca se terminó de concretar. Mientras, a su alrededor, se acumulaban los conflictos, porque el cantante había sacado lo peor de sí contra una periodista que solía hacer guardia en el lugar y porque la justicia argentina había fallado en su contra en una demanda por plagio que lo obligaba a embargar la finca por no haber querido pagar su condena de 300.000 dólares.
Momentos fue propiedad de Julio Iglesias durante una década, un periodo en el que apenas la visitó durante poco más de tres horas y en el que hasta estuvo cerca de ser estafado o terminar preso. “Me compré una casa preciosa en Gesell que debí vender porque no iba nunca”, supo decir alguna vez el cantante, sin mencionar todo lo que había pasado tras ella, en la que probablemente sea la peor decisión que pudo haber tomado en su vida.