Quien fuera la reina de la televisión, María Teresa Campos, intenta mantener vivo su legado a cargo de sus hijas y su nieta. Tras jubilarse y además retirarse de los medios de comunicación casi obligadamente no ha sido de mucha gracia para la malagueña. Esto se debe a que, si bien tuvo una vida plagada de éxitos, su último programa no fue como lo esperaba.
“La Campos móvil” fue grabado en marzo de 2021 y trataba que María Teresa Campos recorría la ciudad de Madrid en un peculiar autobús transparente. La última aparición en televisión de la malagueña se dio en la docuserie “En el nombre de Rocío”, donde se la pudo ver defendiendo a Rocío Carrasco, hija de su gran amiga Rocío Jurado.
Lo cierto es que a María Teresa Campos no le faltan cuidados y cariño de su familia, y es que tras vender su casa se mudó más cerca de su hija Terelu Campos, para así estar más cerca de sus afectos. Pese a cada una tener sus trabajos en Mediaset, sus hijas Carmen y Terelu pasan el mayor tiempo que sus agendas le permiten, con su madre.
Pero si hay alguien que no abandona ni a sol ni a sombra a María Teresa Campos es Gustavo, su chófer. Definido por la propia María como “el hijo que nunca tuve”, lleva trabajando con ella alrededor de 33 años, lo que lo ha convertido en su amigo y confidente. Según se pudo saber la malagueña "arrastra una tristeza que no es capaz de superar, se siente sola y olvidada", por lo que ahora Gustavo, quien está más cerca de ella la debe mantener animada y activa.