Belén Esteban es sin duda una persona todoterreno. Desde siempre se enseñó como una persona que no paraba ni un segundo yendo de aquí para allá en cuanto proyecto laboral se le presente. Sin embargo, un accidente -que fue televisado de manera casual- la obligó a parar y, sin tenerlo en sus planes, la sumergió en un reposo del cual salió afectada emocionalmente. Es por ello que, en una entrevista realizada a ´La Razón´, la confidente amiga de Anabel Pantoja confesó su más sentido pesar.
Vale recordar que Belén Esteban se quebró sus extremidades en dos partes durante una transmisión en ´Sálvame´ que alarmó a sus compañeros de trabajo y a una audiencia que quedó atónica con lo acontecido. Ante esto, se la pudo visualizar en el último adiós a Bernardo Pantoja con una notable dificultad para caminar, aunque no quiso desprenderse de la sobrina de Isabel Pantoja por el pesar que estaba atravesando. No obstante, durante el diálogo que mantuvo con el medio citado expresó: "Ahora mismo voy dos días a ‘Sálvame’, porque a mí hasta el mes de abril no me dan el alta completa y ahora tengo un alta por ‘mejoría’, y eso quiere decir que puedo ir a trabajar".
No obstante, Belén Esteban se lamentó por haber puesto un freno abrupto en su activa vida por lo que surgieron rumores de que estaba hundida en un problema de salud mental. "Yo no he tenido depresión y eso quiero que quede muy claro, pero cuando me pasó lo de la pierna entré en un estado de tristeza". Aunque luego remarcó la importancia que tiene para ella retomar su rutina diaria: "Me viene bien ir a trabajar porque así no estoy en casa todo el día pensando… Yo me he roto [...], pero con desplazamiento y astillada, y voy a rehabilitación todos los días".
Es así que, poco a poco, Belén Esteban va recuperando su ritmo laboral del cual no puede desprenderse. No caben dudas de que este episodio le generó una marca en su vida, pero día a día busca que este penoso sentimiento no la invada y pueda volver a ser la misma Belén risueña y alegre que era. Al menos, la colaboradora llevó tranquilidad a propios y extraños porque este flagelo social, lamentablemente, es moneda corriente en estos tiempos de vorágine y exigencias sociales.