Felipe VI se convirtió en el rey de España luego de que su padre, Juan Carlos I, abdicara al puesto en el 2014, después de haberse visto involucrado en diversos escándalos. Tras su sucesión, el progenitor de la princesa Leonor ha tenido que emitir diferentes y constantes comunicados para poder limpiar el honor de la familia y así ir asegurando el terreno para cuando su primogénita asuma su puesto.
Los Borbones es una dinastía real de origen francés cuya llegada al trono español data del 1700, cuando Felipe de Anjou sucedió al último rey del linaje de los Austrias, Carlos II. Desde entonces esta prominente familia ha logrado mantenerse durante siglos bajo la corona, siendo Felipe VI el actual representante de la misma.
A pesar de que Felipe VI ha tratado de mantener una imagen pulcra, su pasado no dista mucho de las acciones de su padre. El representante de la corona española carga con dos manchas imborrables en su biografía: la primera sucedió en su luna de miel. Sucedió que los reyes de España hicieron un viaje de ensueño en el que recorrieron 42.000 kilómetros bajo el seudónimo de 'Sr. y Sra. Smith' y excursión por la que se pagó 500.000 dólares, de los cuales 269.000 habrían sido desembolsados por Josep Cusí. La procedencia de dicha cantidad de dinero nunca fue aclarada.
La segunda mancha indeleble fue cuando apareció como segundo beneficiario de Lucum, una fundación vinculada al emérito a través de la cual se ingresó una supuesta donación de Arabia Saudí por valor de 65 millones de euros. A pesar de que, en su momento, Felipe VI confesó que no tenía constancia alguna de ello —y que, incluso, renunció públicamente a cualquier herencia que viniera de su padre—, nadie creyó en sus palabras.