Rocío Flores no quiere ocultar sus cirugías estéticas. Ella está orgullosa de los cambios que está haciendo en su cuerpo e imagen. Por eso, luego de que se burlaran en redes sociales de la faja que utiliza tras su lipoescultura, la joven decidió hablar de las complicaciones que tiene tras la operación. En ‘Ya son las ocho’, la colaboradora detalló todas las situaciones que está atravesando.
Sonsoles Ónega se sorprendió porque Rocío lleva un largo tiempo sin sentarse en el plató y se queda parada. “Un mes y medio”, específico la joven y la presentadora le pregunto por qué no puede hacerlo. La colaboradora explicó que lleva una tabla de corcho en el abdomen para no hacer pliegues y no interrumpir la recuperación de la lipoescultura. Reconoció que está avanzando lentamente, pero está mucho mejor.
“Ya no tengo dolores ni tengo nada”, aclaró Rocío Flores. Esta tabla que lleva puesta la obliga a estar de pie o tumbada y sirve para que se le pegue la piel. La joven reveló que ya puede hacer gimnasia, siempre que evite los abdominales. “Duermo libre, sin nada”, añadió mientras le hacían bromas sobre si podía intimar con su novio. Otra cuestión en la que debe cuidarse es en la comida y contó que lo está intentando.
“Aún me queda un largo recorrido. No te creas tú que me he operado y ya he quedado estupenda. Ahora tengo que entrenar y fortalecer”, explicó Rocío Flores. Incluso, reveló que, para mantener la recuperación, hasta orina de pie, algo que descolocó a sus compañeros en el plató. Por otro lado, dijo que Olga Moreno está en la misma situación que ella, pero con un avance más rápido, ya que no lleva fajas.