Por un momento, cabe separar a la idea del título que envuelve a Letizia como reina consorte y entender que las críticas a su manera de lucir distintos atuendos se encubren bajo la presión de ser mujer y de tener que respetar ciertas normas morales que han quedado arcaicas para nuestra era. Está más que aceptado el hecho de que la monarca se convirtió en un modelo de estilo y que impuso tendencia con sus vestimentas de alta costura. Sin embargo, la mirada ajena aún pasa factura sobre sus formas.
Como te adelantamos días atrás en ‘Ibero Show’, durante la celebración del Día de la Cruz Roja en Valencia, Letizia lució un vestido fucsia estilo ‘cut out’, en donde sus abdominales quedaron a la vista de todo el mundo. Tras aquel evento, las redes sociales y la prensa amarillista colmó de críticas a la monarca por su manera de vestir, y puso en tela de juicio si aquellas eran las formas en las que una reina debería presentarse en público.
Lo cierto es que hoy en día nos encontramos en una era totalmente distinta, en la que las mujeres han logrado alcanzar un nivel de empoderamiento y libertad antes rechazado. Aquí también cuenta la intención de la reina Letizia de presentarse tal cual es, ya que no existe una norma que prohíba a la monarca dejar en evidencia su estilizada silueta. Si bien existen protocolos de vestimenta, los cuales se deben tener en cuenta, no por ello abandonará la idea de lucir prendas que le sean de su agrado.
A lo largo de esta semana, os adelantamos en este mismo medio el repudio que han recibido Rocío Flores y Sofía Suescun por tener la silueta que tienen y por tomar la decisión de mostrarse ante sus redes sociales de la manera que ellas conciben para su gusto propio. Está claro que ser una personalidad pública conlleva a este tipo de críticas, pero no por ello los agravios y las telas de juicio tendrán mucho más valor. En tanto, la reina Letizia, quien ha cautivado a un sinfín de seguidores y seguidoras con su estilo formal pero atrevido, marca la diferencia y pone en discusión que cada persona debe ser libre de poder vestirse a su modo, sin tener en cuenta la posición que se ocupe.