Finalmente, se conocieron imágenes de cómo se vivió el casamiento de José María, el hijo de Carmen Borrego. La familia había sido muy cautelosa con las fotos porque tenían pactado una exclusiva. Lo poco que se pudo ver fue porque reporteros de ‘Viva la vida’ y ‘Socialité’ lograron captar algunos vídeos desde dentro de la celebración. Ahora contaron cómo vivió la previa la colaboradora y cómo se llevó a cabo la jornada.
A Carmen Borrego se la veía emocionada en todo momento. Su nuera, Paola, se vistió en su casa. Ambas intentaban sacarse los nervios entre sí. La colaboradora también habló del vestido celeste que usó. “Tiene un gran trabajo, solo en el broche se han invertido 220 horas de trabajo. Llevo los brillantes que sacan a pasear las Campos cuando se van de ceremonia”, develó.
En el vídeo pudimos ver con más detalle los looks de los invitados, como el de Alejandra Rubio y Terelu Campos. José María llegó junto a sus amigos en una moto y la sonrisa no se le iba del rostro. Las damas de honor de Paola los acompañaban paradas al lado de los vehículos. A María Teresa se la notaba súper feliz y estaba sentada en primera fila aplaudiendo. El momento en que se encuentra con Carmen Borrego es muy emotivo.
Las miradas cómplices entre José María y Paola reflejaban el amor y la felicidad que sentían en ese momento tan especial. Los invitados no podían disimular su emoción en la ceremonia. Un momento emotivo fue cuando Carmen Borrego agarró el micrófono y describió a su nuera como una gran mujer y “una gran madre”, a la vez que les pidió que la hagan abuela. En cuanto a su hijo, manifestó: “quiero verlo con esa cara el resto de mi vida”.
La noche parece haber sido de lo más divertida. Los invitados bailaron mucho al ritmo de la música y de los mariachis. José María y Paola le entregaron fotos en recuadros a los presentes. La torta era muy alta y ancha, tenía cuatro pisos para que todas las personas puedan probarla. La novia dio un baile con sus damas de honor mientras el novio no paraba de aplaudirla. En todo momento, Carmen Borrego no perdía la sonrisa.