Rocío Carrasco se caracterizaba por ser una mujer que guardaba para dentro de sí cualquier episodio que haya implicado dolor en su vida. Sin embargo, durante el 2021, la hija de Rocío Jurado decidió que era hora de contar cómo fue en realidad su tormentosa relación con Antonio David Flores mediante un polémico documental: ‘Rocio: Contar la verdad para seguir viva’.
El material audiovisual desató una lucha interminable, no solamente con su ex marido, sino con todos los miembros de su familia que Carrasco desenmascaró en la docu-serie. No obstante, estos no fueron los únicos perjudicados tras las develaciones de la presentadora, los medios de comunicación jugaron un papel fundamental que logró extender la polémica hasta el día de hoy que quizá ponga en duda la ética periodística.
Si bien es cierto que el documental de Rocío resultó ser de gran interés, las declaraciones de la presentadora no fueron abordadas profesionalmente. Mantener vivo un conflicto tanto tiempo como ha sido el que desató Carrasco tras sus confesiones, requiere de una cantidad considerable de información constante, cosa que no sucede realmente en esta situación pero la demanda resulta mayor que la oferta y esto llevó a los medios de comunicación a inventar o tergiversar contenido con tal de mantener su posición en audiencia.
El universo Carrasco-Flores se convirtió en el tema principal de todos los plató de televisión. Sin embargo, el mayor error radica no en su contenido, sino en los directivos de las cadenas de comunicación quienes permiten que el tema sea abordado por colaboradores que no están formados bajo la deontología profesional y permiten que salga a la luz información sin tener documentos que corroboren lo que se está develando. Es por eso que quizá muchos titulares terminan generando conflictos innecesarios en la vida de Rocío y sus allegados.