La princesa Leonor se encuentra cursando su bachillerato en el prestigioso UWC Atlantic College de Gales. A pesar de su título nobiliario, la joven no cuenta con ningún privilegio dentro del colegio, ya que sus padres se encargan de pagar la cuota y tiene que vivir con el resto de sus compañeros y compañeras, haciendo una vida común y corriente.
Leonor vive en una casa de dos plantas con capacidad para 50 personas, en la que comparte habitación con otras tres alumnas. El cuarto es sencillo, apenas tiene las cuatro camas que ocupan las jóvenes y nada demasiado destacable, más allá de su decoración que sí podría calificar como llamativa. Vale aclarar que, aunque se permite que los chicos y las chicas visiten dormitorios ajenos, la puerta de estos nunca puede estar cerrada con llave.
En cuanto al resto del hogar, todo se trata de lugares comunes en el que los habitantes socializan. Los alumnos poseen una cocina pequeña, ya que las comidas diarias suceden en el comedor de la institución, una especie de salón con televisores y sofás, y un cuarto de lavado totalmente equipado, puesto que cada uno debe lavarse su ropa. En ninguno de ellos hay muchos lujos que destacar.
El único adulto que vive en la casa es el profesor designado para ese grupo de alumnos. Si bien no se encuentra directamente dentro del lugar, habita una residencia lindera en la que vive con su familia. Esta persona termina siendo una especie de padre o madre para los chicos y las chicas, ya que es quien los cuida y quien está pendiente de que se encuentren bien, tanto física como mentalmente.
A pesar de lo que se podría esperar, la vida de la princesa Leonor en Gales se asemeja a la de cualquier persona. Una de las premisas de la institución es que sus alumnos y alumnas sean totalmente independientes, por lo que se ven obligados a prescindir de todo tipo de lujo y de ocuparse de todo lo que suceda dentro de sus hogares.