Cada vez que algunos de los reyes realizan un viaje en calidad de visita de Estado o para llevar adelante campañas humanitarias, las noticias que llegan desde sus travesías muchas veces no son las esperadas. En su caso, la reina Letizia celebró ayer su último día en Mauritania, lugar en donde aterrizó para realizar una intervención de asistencia social. Lo cierto es que la monarca padeció un contratiempo peculiar a última hora.
Como anunciamos días atrás en Ibero Show, Letizia ha programado este viaje desde hace tiempo. El objetivo primordial de la reina ha sido el de inaugurar un centro tecnológico para el estudio y desarrollo de la agricultura en Mauritania, así como también para asesorar acerca de derechos humanos, salud y alimentación. Antes de su retorno a España, la esposa de Felipe VI, quien acudió con una comitiva gubernamental, ha tenido que atravesar un percance climático que la obligó a padecer intensos vientos y así como potentes ráfagas con arena del desierto.
Si bien la salud y el bienestar de Letizia ha sido una cuestión primordial durante el hecho meteorológico, por un momento surgió el interés por encontrar un refugio. Para la visita, la monarca vistió una camisa blanca, un chaleco rojo con la bandera de España y la Unión Europea, un pantalón pitillo verde y botas. En tanto como accesorios, utilizó una mascarilla —debido a la pandemia— y unas gafas de sol acorde con su estilo.
A pesar de la tormenta de arena, la monarca ha podido sentar las bases del edificio de investigación que llevará su nombre: el Centro de Innovación Agrícola Reina Letizia. De esta manera, luego de haber recorrido las instalaciones del sitio, Letizia se dirigió al Centro Zayed junto a la primera dama de Mauritania. Allí logró encontrar refugio ante las adversidades climáticas. Tras un breve viaje por África, la soberana ha retornado a España.