Esta semana se ha celebrado en Madrid la 32ª edición de la cumbre de la OTAN, donde hemos podido ver a Doña Letizia como protagonista en diversos actos. Se trató de una cita internacional en la que la reina ha corroborado su capacidad como anfitriona y ha dejado algunas observaciones para destacar. A continuación, os compartimos algunos detalles inolvidables.
La reina ha sabido conducir los actos con magnífica presencia y, al mismo tiempo, amabilidad: desde indicar cuánto duraba el posado y cuándo debían desfilar, hasta frenar con elegancia los “excesos de confianza” de Joe Biden. Incluso ha derrochando simpatía con la pareja de hombres de Luxemburgo.
Algunas cuestiones a remarcar
Una agenda poco actual
Desde visitar una fábrica de vidrio hasta un concierto en el Teatro Real, pasando por un museo y algunos actos de beneficencia: ¡Aburrido! Queremos creer que estamos entre mandatarios con intereses menos estereotipados que los que fueron ofrecidos y presididos por Letizia.
Feliz y distendida, excepto…
Cuando Letizia y Begoña Gómez, la esposa de Pedro Sánchez, compartían escena, la esposa de Felipe VI no podía ocultar sus emociones. La expresión crispada, como si su presencia la irritara, no pasó desapercibida.
Indumentaria demasiado espectacular
La selección del estilismo de doña Letizia ha sido hermosa, pero quizá demasiado. Cabe preguntarse si enfatizar demasiado su silueta y su presencia (que ya son espectaculares) no desvió la atención de lo que realmente importaba.