A sus 8 años y tras el ascenso de su padre al trono, Leonor comenzó a cargar con un increíble peso político, pues en cuestión de segundos pasó de ser una infanta a convertirse en la princesa de Asturias, heredera al trono español. Ante dicha presión, la primogénita de Don Felipe y doña Letizia, se ha refugiado desde siempre en su hermana, la infanta Sofía.
Desde muy pequeñas la princesa Leonor y la infanta Sofía han mantenido un vínculo muy estrecho. Su inigualable conexión queda expuesta en los eventos a los que asisten donde ambas se dedican muestras de cariño, incluso cabe destacar que la heredera al trono hace participe a su hermana menor en sus discursos.
A pesar de su complicidad, la princesa y la infanta son separadas -más allá de lo institucional- por una diferencia abismal. Leonor destaca por estilos lady mientras que el estilismo de Sofía es mucho más relajado. Y es que ha sido durante sus últimas vacaciones donde finalmente las personalidades de las hermanas han salido a relucir por completo.
La princesa Leonor debe cumplir con un estricto código de vestimenta que -a pesar de que forman parte de la misma familia- la infanta no está obligada a seguir. Ser la segunda en la línea sucesoria le da libertad a Sofía de poder innovar a la hora de vestir. Con la sutil diferencia de estilo queda claro que las hermanas Borbón-Ortiz son dos polos opuestos que se necesitan y complementan a la perfección.