Tamara Falcó atraviesa su peor momento. Tan solo cuatro días atrás, anunciaba su boda y ponía el mundo a girar junto a Íñigo Onieva. Tras la aprobación de ambas familias y la felicidad que esto contrajo, ya nada sería como antes una vez que salió a la luz la clara grabación en donde el empresario se mantuvo muy cerca de Marina, una reconocida modelo brasileña. Ante ello, la aristócrata tomó la decisión más arriesgada pero tal vez sensata.
Ser un personaje público también significa vivir en constante señalamiento y comentarios desagradables por parte de la gente, además de la persecución de la prensa. Es por ello que Falcó decidió abandonar a Onieva y dirigirse a la casa de su madre, Isabel Preysler. Sin emitir palabra alguna, la marquesa de Griñón se distanció por el momento de su prometido. Así lo develaron ayer desde ‘Ya es verano’.
Si bien, el fin de semana aparecieron Falcó y Onieva juntos en la boda de una amiga cercana, la realidad es que ambos están distanciados. Hace horas, como te adelantamos desde Ibero Show, el empresario emitió un comunicado en Instagram acerca de recomponer el vínculo con la aristócrata, además solicitó el respeto y la privacidad que la familia se merece.
Tras el arrepentimiento, Tamara Falcó acudió a casa de su madre y según el plató de ‘Ya es verano’, no estaría del todo bien. “No ha parado de llorar y aunque Iñigo intenta conectar con ella por todos los medios, ella no quiere hablar con él”, develaron en la tarde del domingo los colaboradores. En tanto, la marquesa de Griñón fue vista por última vez en las inmediaciones de la propiedad de Preysler en ‘Puerta de hierro’, paseando a su perrita. Esta vez, su rostro no desbordó alegría, sino angustia y silencio.