Lejos de sus dramas personales tras su separación de Mario Vargas Llosa, Isabel Preysler se encuentra enfocada en otra cosa: los preparativos de la boda de su hija, Tamara Falcó, e Íñigo Onieva. Y, de acuerdo a lo trascendido, hay algo que a la socialité la tiene muy preocupada con respecto a la celebración.
Cada vez falta menos para que Tamara Falcó e Íñigo Onieva caminen juntos hacia el altar y, claramente, no son solos los novios los que están comiéndose las uñas por los nervios. Además, el cambio de fecha sería inminente en su afán de considerar a todos los invitados, pasando del 17 de junio al 8 del mes siguiente, lo cual da un respiro pero también genera más ansiedad.
Sin ganas de robarle el protagonismo a su hija, pero con la necesidad de verse lo más espléndida posible a sus 71 años, Isabel Preysler ha puesto toda su atención al atuendo que llevará el día de la boda. Es que, claro, después de la ruptura, las miradas estarán sobre ella y todos analizaran qué quiso comunicar con su vestuario, tal como lo hicieron con Lady Di con su icónico "revenge look" tras separase de Carlos.
En 'Fiesta' hablaron del tema y Marisa Martín-Blázquez ha informado: “Me trasladan que Isabel Preysler está inquieta por el protagonismo que pueda tener o no en la boda de su hija”. Tal como hemos adelantado, la colaboradora se ha enterado que la socialité quiere lucir impecable pero al mismo tiempo no llamar la atención.