El pasado 8 de marzo, Rocío Carrasco estuvo presente en un especial de RTVE. Se suponía que el programa de Julia Otero iba a ser una invitación a la reflexión y a la visibilización, pero se terminó transformando en un ejemplo de lo peor a lo que se debe enfrentar día a día la de Chipiona.
Tras esta aparición, se comenzó a debatir nuevamente sobre el supuesto final de Rocío Carrasco en los medios. El principal argumento de quienes sostienen que el programa demostró que la de Chipiona ya no es relevante y no genera interés, fue que la audiencia alcanzó el 8.5%, estuvo por debajo de lo esperado y quedó algo lejos de los otros programas de la cadena.
Si bien esa información podría matizarse fácilmente, se sumó a otros datos importantes. Audiencias aparte, es evidente que la presencia de la de Chipiona en los diferentes medios ha disminuido e incluso ha dejado de ser nombrada por algunas emisoras o portales. Independientemente de lo de Mediaset, donde directamente se la habría prohibido, son muy pocos los lugares donde todavía se puede encontrar un caudal de notas similar al que sucedía hace algunos meses atrás. Esa es la principal baza de sus detractores.
La verdad sobre el final de Rocío Carrasco
Aunque estas estadísticas puedan considerarse válidas y efectivamente demuestren que la presencia de Rocío Carrasco ha decaído, hay otras personas que consideran que no son tan importantes. Quienes la apoyan, sostienen que, más allá de los números, la hija de Rocío Jurado sigue siendo relevante, ya que cada aparición suya genera una repercusión masiva, que incluso puede llevar a semanas de debates y análisis, y no tarda en convertirla en una tendencia en todo el país. Por ese motivo, quedará en cada uno, elegir cuál de las dos versiones prefiere creer.