Ana María Aldón es, como se suele decir, una persona todoterreno. Sus compromisos laborales trascienden el tradicional horario de oficina, por el cual su grilla de horarios suele ser más que flexible. Además, cada vez que tiene algún huequito, añade alguna que otra actividad a su vida. Sin embargo, no todo es trabajo para ella. Más allá de los paseos que suele compartir con sus amigos y su entorno más cercano, la exesposa de José Ortega Cano ahora halló un preciado refugio, el cual la hace olvidar de sus pesares.
Se trata del pequeño José María, el hijo en común que tiene con el recientemente galardonado diestro y el que quedó en el medio de los conflictos entre sus padres y hermanas. Como todo chiquillo, más allá de las labores escolares, el heredero de Ortega Cano también tiene otros compromisos que cumplir, motivo por el cual Ana María está presente y no lo deja solo ni a sol ni a sombras. En esta oportunidad, acompañó al muchachito en el deporte que tanto le gusta. "Otro sábado con partid* de liga, pero ya hoy se nota el calor", declaró la colaboradora televisiva desde las gradas.
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Asimismo, Ana María Aldón añadió un texto durante el video, pues era notorio el murmullo de los aficionados y los cánticos de aliento tapaban la voz de la diseñadora. "La temperatura ya se nota", escribió mientras anhelaba que sus seguidores tengan un "Feliz sábado". Una vez finalizado el torneo y ya habiendo salido del vestuario, José María caminó con un visible cansancio hacia las afueras de las instalaciones del estadio. "Partidazo! ¡Vamos Athletic!", arengó su madre mientras él, con mucha vergüenza, volteaba ligeramente el rostro para mirar a cámaras.
¿Le llegó la calma a Ana María Aldón?
La comunión de José María significó un verdadero fastidio para Ana María Aldón quien aborreció la ausencia de Gloria Camila en el momento más importante de la vida de su descendiente. Si bien la tertuliana en todo momento prefirió preservar el bienestar del momento religioso, lo cierto es que el gesto de la influencer fue sumamente polémico. Tanto es así que la propia Gema Aldón le envió un par de dardos envenenados. Pero la estudiante de publicidad no se quedó atrás y arremetió: "Nadie más de mi familia estaba invitado. Estaba toda la familia de Ana. De su parte había como ochenta personas, de la mía tres" Como era de esperarse, los conflictos no le son indiferentes a este clan, pero pese a los intentos de proteger al chiquillo, lo cierto es que entre los adultos no se aguantan y cualquier justificativo que se tenga, es considerado una provocación de ambas partes. Ahora ya todo pasó y las aguas volvieron a quedar en una intranquila calma. ¿Hasta cuando se sostendrá?