El "modo vacaciones" todavía está impregnado en la reina Letizia. Después de su presencia en varios eventos importantes durante el verano, la realeza se ganó un tiempo de vacaciones para recargar energías y estar juntos en familia. No obstante, la vuelta después del descanso siempre es difícil y un descuido lo puede tener cualquiera, incluso la reina consorte.
El jueves pasado volvieron a Madrid el rey Felipe y la reina Letizia después de sus vacaciones privadas y decidieron celebrar su llegada en uno de los restaurantes favoritos de la pareja. Ambos pasaron una linda velada, pero hubo ciertos gestos o descuidos por parte de la madre de la princesa Leonor que no pasaron desapercibidos por los transeúntes que pasaban cerca del restaurante.
La reina Letizia estaba muy pendiente de su teléfono, en cada momento miraba la pantalla esperando la notificación de algo que esperaba con muchas ansías. ¿Será un mensaje de sus hijas? Puede ser, porque la preocupación número 1 de una madre son sus retoñas. Sin embargo, dejó la puerta abierta para conocer un detalle de su personalidad. La nobiliaria es una persona muy correcta y controlada, ningún detalle se le escapa, pero esa noche bajó la guardia.
En la salida del restaurante, la reina Letizia saludó a todos aquellos que se acercaron y en una de las fotos que le sacaron se pudo observar el fondo de pantalla que tiene en su iPhone 11. La esposa del rey Felipe tiene unas de las imágenes predeterminadas que vienen con el móvil. Es una fotografía con colores azules y violetas, con unas figuras que no se llegan a distinguir bien. Cuando se dio cuenta de su descuido, ella lo apagó inmediatamente y siguió su camino.
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