Si de veladas solemnes se trata, los Premios Nobel se ubican en primera plana. Este fin de semana se llevó a cabo la tradicional ceremonia en el Ayuntamiento de Estocolmo donde se premió el saber y el descubrimiento innovador de los profesionales que hacen su aporte cultural y científico para intentar cambiar el mundo. No obstante, la velada dio lugar a la moda y estilo de los invitados teniendo a máximos referentes de la realeza como todo un ícono de belleza y glamour.
Es de esperarse que todas las miradas estén centradas en los monarcas más influyentes de la actualidad en dicho país por lo que los reyes Carlos Gustavo y Silvia junto a sus herederos, Victoria y Daniel, se ubicaron al lado del escenario principal. Como era de esperarse, la sucesora al trono vistió de lo más elegante en materia de moda y tendencia, aunque optó por un vestido ya antes utilizado. Es que a la royal poco le importa, al parecer, volver a utilizar una pieza de lo más sensacional debido a su impacto visual y los recortes de vanguardia. Una amplia flor sobre el lateral derecho y un escote asimétrico, todo en tono morado. El recorte drapeado en su falda puso el sello para estilizar su físico mientras que selló su look con una imponente tiara de amatistas.
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Por su parte, su madre también impuso moda y tendencia al vestir con un tono rosa satinado digno de admirar. La falda ligeramente abombada, con destellos tornasolados, le propició movilidad en su caminar mientras que la parte superior del conjunto se destacó por el bordado de mostacillas y piedras preciosas que conformaban flores de lis. Asimismo, aumentó su estilismo con un imponente boso de mano lleno de brillos que combinó a la perfección con sus aretes, pulsera de strass y su elegante collar.
Total black: un clásico en materia de moda y tendencia
La utilización de colores que exceden la gama de los denominados neutros no es para cualquiera. No todas se animan a arriesgarse a vestir diseños con pigmentos disruptivos o llamativos. La princesa Sofía Hellqvist prefirió colocarse un sencillo vestido completamente azabache, aunque lo resaltó con un imponente collar de cristales. Finalmente, como es habitual en ella, le puso el broche de oro con su tiara de esmeraldas y diamantes que le regalaron sus suegros.