Un simple corte de pelo puede transformar radicalmente nuestra apariencia y, en ocasiones, nuestra autoestima. Un flequillo, por ejemplo, puede marcar el rostro, acentuar los ojos y dar un aire fresco y renovado. Además, un nuevo estilo puede abrir la puerta a nuevas oportunidades y experiencias, reflejando no solo una transformación estética, sino también un cambio en nuestra actitud hacia la vida.
Existen diversos tipos de flequillos que se adaptan a cada estilo y forma de rostro. El flequillo recto aporta un aire elegante, mientras que el lateral ofrece un toque más suave y romántico. Los flequillos desfilados añaden textura y movimiento, perfectos para un look desenfadado. Usar un flequillo no solo actualiza nuestra apariencia, sino que también puede ocultar "imperfecciones" y resaltar características faciales. Asimismo, es una excelente forma de experimentar con nuestro estilo sin un cambio radical.
En este contexto, el flequillo japonés, que fue popular en los años 90, ha vuelto con fuerza en las tendencias actuales. El mismo se caracteriza por ser ancho y llevarse de lado, lo que brinda una apariencia ligera y fresca. Su forma puede variar, desde líneas sutilmente ladeadas hasta más marcadas que comienzan en la sien. Este estilo se adapta a diversos cortes de cabello, como el hush, el wolf o en capas, y es ideal para longitudes cortas, medianas o largas, complementando incluso un pixie para un look moderno y chic.
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El flequillo japonés no solo es versátil y elegante, sino que también tiene un mantenimiento relativamente bajo. A diferencia de otros tipos de flequillos que requieren recortes frecuentes para mantener su forma, el flequillo de costado permite un crecimiento más natural, lo que contribuye a un aspecto fresco sin necesidad de visitas constantes al estilista. Esta característica lo hace ideal para quienes desean un estilo adaptable a su vida diaria, permitiendo experimentar con diferentes looks a medida que el cabello crece.