Martes 3 de Septiembre 2024
POSITIVISMO TÓXICO

El lado oscuro del positivismo tóxico: ¿Por qué no siempre está bien estar bien?

¿Qué pasa cuando esta positividad se convierte en una prisión emocional?

Positividad Tóxica. Fuente: (Instagram)
Escrito en LO QUE NADIE TE HA CONTADO el

En la era de la autoayuda y el pensamiento positivo, la idea de mantener una actitud optimista ante cualquier adversidad se ha convertido en un mantra. “Todo va a salir bien”, “siempre hay un lado positivo” o “todo sucede por una razón” son frases que resuenan constantemente, llenando nuestras vidas y redes sociales. Pero, ¿qué pasa cuando esta positividad se convierte en una prisión emocional? Lo que podría parecer un bálsamo para las dificultades de la vida, a menudo se transforma en un peso insoportable que nos obliga a reprimir emociones genuinas. Este es el peligro del positivismo tóxico.

Positividad Tóxica. Fuente: (Instagram)

El positivismo tóxico no se trata simplemente de ver el vaso medio lleno, sino de la imposición de una visión optimista en situaciones donde la tristeza, la ira o el miedo son respuestas naturales y necesarias. Nos obliga a silenciar nuestro malestar en lugar de enfrentarlo, creando una desconexión entre nuestra realidad emocional y la narrativa que nos imponen. En lugar de permitirnos sentir, este enfoque nos empuja a ocultar nuestras emociones bajo una capa de sonrisas forzadas y frases hechas.

Positividad Tóxica. Fuente: (Instagram)

Este fenómeno no solo afecta a individuos, sino que también impacta nuestras relaciones interpersonales. Al minimizar las dificultades de los demás con respuestas como “todo estará bien” o “piensa en lo positivo”, invalidamos sus experiencias y sentimientos. Sin darnos cuenta, perpetuamos un ciclo de negación emocional que no solo es dañino para quienes nos rodean, sino también para nosotros mismos. Nos alejamos de la empatía genuina, reemplazándola con un consuelo vacío.

Positividad Tóxica. Fuente: (Instagram)

Artículos relacionados: Técnicas de mindfulness para reducir el estrés diario

Es crucial, entonces, reconocer el valor de las emociones negativas y darles el espacio que merecen. La tristeza, el enojo y la frustración no son enemigas a vencer, sino partes esenciales de nuestra humanidad. Abrazarlas no nos hace menos fuertes, sino más auténticos. En un mundo que insiste en que siempre debemos estar bien, tal vez la verdadera valentía reside en admitir que, a veces, no lo estamos.

Suscríbete a nuestro canal de Noticias