En la última edición de los Premios Princesa de Asturias, la Princesa Leonor, heredera al trono español, deslumbró al lucir los impresionantes pendientes de aguamarina de la reina Letizia. Estos exquisitos pendientes, de la marca Bulgari, formados por un aro de oro blanco y diamantes del que cuelga uno aguamarina en forma de lágrima, tienen un significado especial en la familia real española.
La joya, que llegó a manos de la reina Letizia hace más de 18 años, fue un regalo en el día del nacimiento de la Princesa Leonor, el 31 de octubre de 2005. La elección de la aguamarina, una piedra asociada con la serenidad y la armonía, complementó perfectamente el look de la princesa, que optó por un conjunto en tono azul como homenaje a Oviedo, la ciudad que acoge la ceremonia de los premios cada año.
Desde su debut en la vida pública, la reina Letizia ha lucido estos pendientes en una variedad de eventos, tanto diurnos como nocturnos, enseñando que son una pieza versátil y atemporal en su colección de joyas. Los hemos visto en ocasiones destacadas, como la Pascua Militar, recepciones diplomáticas y cenas de gala, consolidándose como uno de los accesorios favoritos de la reina.
Esta tradición de compartir joyas dentro de la familia real refleja la importancia de la continuidad y el simbolismo en la monarquía española. La elección de la Princesa Leonor de llevar estos pendientes en una ceremonia tan significativa agrega un toque de conexión y herencia a su papel como futura líder de España.