Las monedas conmemorativas tienen una historia rica y fascinante que se remonta a la antigüedad. Aunque hoy en día son objeto de colección y un recordatorio de eventos significativos, su origen se encuentra en la Roma antigua. Los romanos solían acuñar este tipo de monedas para celebrar victorias militares o conmemorar emperadores destacados. Estas monedas a menudo presentaban diseños elaborados y mensajes simbólicos que transmitían un mensaje político o cultural.
En la Edad Media, las monedas conmemorativas se convirtieron en una forma de propaganda. Los reyes y gobernantes europeos las utilizaban para mostrar su poder y legitimidad, además de conmemorar eventos especiales. Un ejemplo icónico es la moneda de doble ducado de Alberto V de Baviera, que se emitió en el siglo XVI para conmemorar su boda con Ana de Austria. Esta moneda es famosa por su diseño detallado y su simbolismo.
El mundo moderno también ha adoptado esta tradición. En el siglo XX, muchos países comenzaron a emitir monedas conmemorativas para marcar aniversarios, eventos y deportivos culturales, y figuras históricas. España fue uno de ellos.
En territorio español se emitió una moneda conmemorativa de 2 euros en 2010 para celebrar el bicentenario de la Constitución de Cádiz. Estas monedas no solo son coleccionables, sino que también son una ventana al pasado.