El matrimonio real de Alberto y Charlène de Mónaco ha sido el centro de atención nuevamente debido a sus controvertidas vacaciones en la Costa Azul. Acompañados por sus hijos mellizos, los príncipes Jacques y Gabriella, el soberano y su esposa han optado por pasar unos días de relajación a bordo de un lujoso yate propiedad del multimillonario Bulat Utemuratov, originario de Kazajistán.
La presencia del oligarca en las vacaciones de Charlène y Alberto II ha desatado polémica debido a su historial de vínculos comerciales con el principado de Mónaco. Utemuratov, apodado 'el cardenal gris', es conocido por sus conexiones y capacidad para influir en distintos ámbitos comerciales. Según el medio alemán 'Bild', ha estado involucrado en empresas de telecomunicaciones, sucursales de 'Burger King', bancos, hoteles y más.
El oligarca ha sido un inversor en Mónaco, participando en el proyecto de desarrollo residencial conocido como Mareterra. Este proyecto ha estado involucrado en controversias y acusaciones de "negocios sucios". Recientes informes en el sitio web anónimo 'Les Dossiers du Rocher' han planteado preguntas sobre las actividades comerciales en el principado, incluyendo a al esposo de Charlène y sus consejeros. Estos acontecimientos han atraído la atención hacia la imagen de Utemuratov y su vínculo con la realeza monegasca.
La presencia de Alberto y Charlène disfrutando de su tiempo libre junto a Utemuratov en el yate Avantage ha llamado la atención de los medios y del público, lo que subraya cómo los negocios y los vínculos comerciales parecen seguir a la pareja real incluso durante sus momentos de descanso.