La reina Letizia continúa desafiando las normas del protocolo con su espontaneidad al relacionarse con sus seguidores. Durante su reciente visita a Pamplona, la monarca se ganó a puñados de admiradores en la catedral de la ciudad, donde incluso le colocó el icónico pañuelo rojo al rey Felipe VI.
La transformación de la reina Letizia en su papel público es notable, dejando atrás su imagen de princesa que prefería mantenerse en segundo plano dentro de la familia real. Esta soberana empoderada no solo ha asumido el trono y el Palacio de la Zarzuela, sino que ha ampliado su presencia como consorte, un espacio que heredó de la reina emérita Sofía. Esta transformación se evidenció una vez más durante su visita a Pamplona.
El antes y después de Letizia como reina consorte
La presencia de Letizia este verano de 2023 ha marcado un antes y un después en su manifestación de poder y confianza. Se ha convertido en una reina con plenos poderes en sus responsabilidades y vínculos familiares. Durante la celebración del Privilegio de la Unión en Pamplona, la reina ejerció un papel protagonista y dirigió la visita, ganándose a su creciente y apasionado grupo de seguidores.
Desde su llegada a Pamplona, Letizia probó ser proactiva, natural y cómoda en su papel público. Cuando se dio cuenta de la multitud de personas que la esperaban en la Catedral de Santa María la Real, rompió el protocolo y se acercó a saludarlos. Durante su visita, recibió el cariño y los elogios de sus fans, especialmente de las damas mayores, quienes tuvieron contacto con ella, halagaron y buscaron su atención, a lo que la reina respondió con sonrisas y autenticidad.
Letizia se distancia de la actitud sobria y discreta de la reina Sofía
La reina Letizia también enseñó su iniciativa en su relación con el rey Felipe, llevando la delantera en varios momentos de la visita. Esta dinámica de pareja profesional refleja el empoderamiento de la experiodista en su papel real. Su presencia destacada contrasta con la de la reina emérita Sofía, quien siempre se enseñó de manera más discreta en el espacio público. Estamos presenciando el cambio generacional de las damas en la realeza, donde Letizia ejerce su rol de reina de manera natural y espontánea.
Durante la visita, Letizia se saltó el protocolo nuevamente al colocarle al rey Felipe un pañuelo rojo de San Fermín que unos niños les ofrecieron. Esta espontaneidad y conexión con la gente son prueba de cómo la reina está adoptando nuevos códigos y formas de vivir su identidad femenina en los tiempos actuales. Su comportamiento carismático y auténtico la ha convertido en una reina cada vez más popular entre sus seguidores.