Charlène de Mónaco, asumiendo un rol destacado en el Principado, presidió la gala benéfica de su fundación en Courchevel, Francia. Más de 200 invitados, incluyendo al príncipe Alexander de Liechtenstein y su esposa Astrid, se sumaron al evento solidario contribuyendo con obras de arte, vinos, experiencias culinarias y objetos de atletas de renombre. Sin embargo, la verdadera estrella de la noche fue la princesa, quien cautivó con un sofisticado traje de tweed azabache con hilos metalizados.
El atuendo, compuesto por chaqueta cropped, pantalón palazzo y top a juego, destacó la adaptación única de Charlène a este tejido clásico, recordando inevitablemente al estilo icónico de su cuñada, Carolina de Mónaco. La ex nadadora elevó su look con pendientes de diamantes y llamativos salones plateados, complementando el conjunto con un bolso de mano de The Bella Rosa Collection en tono plata.
La elección de Charlène por el tweed, asociado tradicionalmente a Carolina y Carlota Casiraghi gracias a su conexión con Chanel, marca un giro inesperado en el estilo de la princesa. Aunque su vínculo con Carolina ha sido objeto de especulación y conflictos en el pasado, esta elección estilística sugiere una nueva aproximación entre las cuñadas, poniendo fin a rumores de rivalidad.
La gala benéfica no solo fue un éxito en recaudación, sino también un escaparate de elegancia donde Charlène demostró su habilidad para fusionar comodidad y sofisticación, dejando una marca única en el mundo de la moda real.