La historia de la moda está plagada de increíbles piezas con nombre propio. Más allá del rojo Valentino, los bolsos han sido, y son, grandes protagonistas. Entre ellos, el Lady Dior inspirado por Diana de Gales, el Jackie de Gucci, y el Alexa de Mulberry, pero los más icónicos son los de Hermès: el Birkin y el Kelly, este último asociado a la princesa Grace de Mónaco.
A diferencia del Birkin, diseñado específicamente para Jane Birkin, el Kelly ya existía antes de ser conocido así. Robert Dumas, yerno de Émile Hermès, creó este bolso en los años 30, pero fue Grace Kelly quien lo catapultó a la fama. “Bastó con una fotografía, la de Grace Kelly disimulando tras él las curvas de su embarazo, para convertirlo en una leyenda”, relatan desde Hermès.
El bolso, originalmente llamado Sac à dépêches, se convirtió en el favorito de Grace Kelly tras descubrirlo durante la grabación de 'Atrapa a un ladrón' de Hitchcock. La actriz lo utilizó tanto en sus apariciones públicas como privadas. La imagen de la princesa ocultando su embarazo con el bolso fue clave para su fama. Hermès aprovechó la creciente demanda y lo rebautizó en 1977 en homenaje a la princesa.
Grace Kelly poseía varios modelos del Kelly en diferentes colores y materiales, incluido uno de piel de cocodrilo. Su hija Carolina y su nieta Carlota Casiraghi han heredado esta pasión, y otras divas como Audrey Hepburn y Catherine Deneuve también han lucido el icónico bolso.
Hecho a mano en un proceso que lleva más de veinte horas, el Kelly se reinventa cada temporada en diferentes materiales y colores, manteniendo siempre su inconfundible cierre Touret o candado. Actualmente, está disponible en ocho tamaños y una amplia gama de complementos accesorios. Este bolso no solo es un objeto de deseo, sino un testimonio del legado de la moda y la historia de la realeza.