Martes 6 de Agosto 2024
ABRAZOS

El complejo vínculo con los abrazos: Entre el rechazo y la aceptación

Te contamos cómo la crianza, la cultura y la autoestima influyen en nuestra disposición a los abrazos y cómo superar la incomodidad.

Abrazo. Fuente: (Instagram)
Escrito en MUNDO IBERO el

Para quienes detestan los abrazos, el mundo puede ser un lugar desafiante. No saben cuándo alguien, en una reunión casual para tomar un café, se acercará con los brazos abiertos, obligándolos a enfrentar un incómodo momento. Las opciones en estas situaciones son limitadas: esquivar torpemente el gesto, extender la mano para un apretón de manos o someterse al abrazo no deseado.

Abrazo. Fuente: (Instagram)

Según los expertos, la preferencia por los abrazos puede estar influenciada por la crianza. "Nuestra tendencia a tener contacto físico (abrazos, palmaditas en la espalda o tomarnos del brazo a un amigo) suele ser producto de nuestras experiencias en la primera infancia", afirma Suzanne Degges-White, profesora de Orientación y Formación de Orientadores en la Northern Illinois University. Un estudio de 2012 publicado en Comprehensive Psychology concluyó que las personas criadas por padres que abrazaban con frecuencia tenían más probabilidades de abrazar a sus hijos en la edad adulta.

Abrazo. Fuente: (Instagram)

Por otro lado, las personas criadas en entornos con poco contacto físico pueden encontrar incómoda la idea de abrazar. "En una familia que no era típicamente demostrativa físicamente, los niños pueden crecer y seguir ese mismo patrón con sus propios hijos", dice Degges-White. Sin embargo, en algunos casos, la falta de contacto físico durante la niñez puede llevar a una búsqueda constante de afecto en la adultez.

Abrazo. Fuente: (Instagram)

Además de la crianza, la cultura y la autoestima también juegan un papel en la disposición a los abrazos. Las personas en Estados Unidos e Inglaterra, por ejemplo, se abrazan y tocan con menos frecuencia que en países como Francia o Puerto Rico. También, las personas con mayor confianza en sí mismas tienden a ser más abiertas al contacto físico, mientras que aquellos con ansiedad social pueden evitarlo. A pesar de las preferencias individuales, el contacto físico es crucial para el desarrollo emocional, y superar la incomodidad temporal de un abrazo puede traer beneficios emocionales significativos.

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