El pasado 9 de abril la noticia de que el príncipe Felipe (99), duque de Edimburgo y eterno compañero de la Reina Isabel II, había fallecido recorría todo el mundo. Ahora, casi un mes luego del hecho, se hizo pública el acta de defunción y las dudas respecto a las causas de su fallecimiento quedaron esclarecidas.
Una de las más fuertes hipótesis que se barajaban era que las complicaciones cardíacas - que se le habían detectado al príncipe durante su estadía en el hospital St. Bartholomew a principios de marzo, mientras era tratado por una infección - habían sido el principal detonante.
Vale recordar que, en su momento, el duque de Edimburgo había obtenido el alta del hospital y había regresado al Castillo de Windsor, junto a la Reina Isabel. La fotografía de él siendo trasladado desde el establecimiento sanitario a su hogar en un auto se había hecho viral y en redes sociales como Twitter era muy popular.
Finalmente, se ha tenido acceso al documento de salud oficial, firmado por el médico Sir Huw Thomas, que establece el verdadero motivo del fallecimiento y no quedaron dudas. En el certificado se utilizó el término “edad avanzada” como causa de muerte, lo que sugiere que no hubo otra enfermedad o lesión identificable que contribuyese al fallecimiento, ni siquiera la afección cardiaca que había obligado al príncipe Felipe a someterse a un proceso quirúrgico en sus últimas semanas de vida.