La Monarquía española se ha vestido de luto este martes 27 de julio. La abuela de la Reina Letizia ha fallecido a sus 93 años de edad en su casa de Ribadesella, según informaron los medios nacionales. La noticia del deceso de Menchu Álvarez del Valle ha marcado un antes y un después en el reino.
Un gran legado
María del Carmen Álvarez, más conocida como Menchu, nació en Santander en 1928. Comenzó a trabajar en la radio siendo muy joven. Hizo sus primeros pasos en Radio Asturias, después Radio Oviedo, La Voz del Principado y Radiocadena Española, hasta que llegó a Radio Nacional.
Antes de transformarse en "la abuela de la Reina", la anciana ya era una voz familiar para los oyentes radiales. Era conocida por sus famosos programas como Coser y cantar y Rumbo a la gloria. En el año 1990 se prejubiló y, en 2013, recibió el Premio Nacional de Radio por su carrera como periodista. La vocación y pasión se traspasó a su hijo Jesús Ortiz (padre de la Reina). Este talento lo compartiría luego con su amada nieta Letizia.
La bisabuela de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía era uno de los pilares más carismáticos de la familia del núcleo real. Con su don para contar historias, creaba paisajes sonoros en las mentes de las niñas, que amaban sus anécdotas. Quienes la frecuentaron aseguran que era una mujer dulce y comprensiva.
Mujer de palabras
En sus últimos años, Menchu Álvarez del Valle participaba en la tertulia femenina El Garabato, donde en algunas ocasiones comentaba sobre su nieta y de Don Felipe. Esto decía con gran admiración hacia su familia: "El Rey es encantador, dulce, delicado, pero a la vez con mucho carácter y con una gran educación. Está loco por sus hijas y es un padre presente. Los dos lo son. Las atienden, las cuidan y siempre están pendientes. Y cuando viajan, los teléfonos queman comunicándose con sus hijas".
Su última aparición pública
El último acto público al que acudió fue a una entrega de premios en Avilés en mayo de 2019, en la que recibió el Premio de Honor de la Asociación Clúster de la Industria Creativa, Cultura y Audiovisual de Asturias (ACICCA) con el que se honró “la profesionalidad, la constancia y el coraje de una mujer adelantada a su época”. Ella entonces aseguró sentirse “un poco viva recordando otros tiempos maravillosos de una profesión impagable”, como recogieron medios locales.