“El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos”, canta el trovador cubano Pablo Milanés. El inexorable correr de los años implica que en todas las casas nobiliarias veamos cómo royals, que hasta ayer eran niños, hoy empiezan a tomar nuevas responsabilidades. Hay toda una generación de príncipes y princesas que están cumpliendo los 18 años y representan la renovación de la sangre azul. Demos un pequeño repaso por estos nombres.
María Carolina de Borbón-Dos Sicilias pertenece a una casa sin trono, ya que el último rey de la familia fue Francisco II de las Dos Sicilias, reino que fue incorporado a Italia en su unificación en 1861. Hoy, miembros de esa casa aspiran a recuperar sus títulos en ese país, algo difícil ya que es una república que dejó de lado todo resabio de realeza. Sin embargo, la princesa no ve un obstáculo en eso y aprovecha para llevar una vida relajada y descontracturada.
“Antes las royals no trabajaban, pero ahora trabajamos como todo el mundo y tenemos que hacerlo muy bien”, reveló la princesa Carolina en una entrevista hace pocas semanas, cuando cumplió 18 años. La joven tuvo algunos trabajos como modelo y se la ve muy activa mostrando su estilo en su cuenta de Instagram, pero prefiere dedicarse al estudio de idiomas, en este momento busca una universidad para continuar con su formación.
La princesa Amalia de Holanda, por su parte, tiene más responsabilidades relacionadas a su rol en la familia. La hija mayor de los reyes Guillermo y Máxima, cumplirá 18 años a fin de año y sabe que heredará el trono, en un país habituado a tener reina, ya que en el último siglo y medio reinaron sus antecesoras Guillermina, Juliana y su abuela Beatriz. Cultora de un perfil más bajo que su hermana menor Alexia, cumplió con creces con sus estudios y aguarda por un año sabático de viajes y exploración.
Maud Angélica Behn cumplió 18 años en abril y es la nieta mayor del rey Harald V de Noruega. Por la Ley Sálica, pese a que su madre es la hija mayor de los reyes, son los hombres quienes tienen prioridad en la línea sucesoria. Por lo tanto, la royal no tiene chances serias de acceder al trono, lo que le permite tener una vida menos sometida al corsé de los protocolos.
Su padre, el escritor Ari Behn, se quitó la vida en la Navidad de 2019, un gran golpe para todos. Sin embargo, Maud Angélica sobrellevó la situación con una entereza inesperada y habló varias veces en público sobre ese tema, dando discursos sobre enfermedades mentales y suicidio. Esto le valió que en 2020 recibiera el premio a la mujer más valiente del año en Noruega, otorgado por una revista.
Está claro que estas royals ya no son niñas y que están listas para asumir nuevas responsabilidades en un mundo más moderno, que exige que salgan de la vida palaciega y se comprometan con su época.