Tras despedir a la princesa Leonor, que inició una nueva etapa académica en Gales, el pasado viernes 3 de septiembre, el Rey Felipe VI aterrrizó en Palma de Mallorca, después de más de dos años sin visitar la isla. Los motivos no tienen nada que ver con sus compromisos de agenda, sino acercarse a su círculo íntimo que conserva hace tiempo en aquel lugar.
La idea principal consistió en compartir mantel con uno de sus grandes amigos, el cantautor mallorquín Jaume Anglada. La cena tuvo lugar en Nito’s, local situado en Gomila y a escasos metros del palacio de Marivent, la residencia oficial veraniega de la Familia Real.
La sorpresa se la llevaron algunos comensales y el propio dueño de bar, Juan Jiménez, aunque mantuvieron la discreción. Sin duda, es en este sencillo asador de pollos de la isla, que abrió sus puertas por primera vez en 1969, donde el Rey se siente más cómodo: en la reserva se solicita siempre la misma mesa (cuando es posible) y en la comanda, una pieza de pollo con patatas fritas y la salsa especial de la casa, un ‘plus’ culinario que ha hecho que hasta el rey Don Juan Carlos haya visitado el local.
En la velada, a la que fue sin la Reina Letizia, también estuvieron presentes otros miembros de su círculo de confianza. La velada de Felipe VI y sus compañeros de mesa fue cordial y muy relajada. Tras pagar, en efectivo -una ración cuesta en torno a diez euros-, el jefe de Estado se retiró a Marivent donde, según trascendió, pasó el fin de semana antes de regresar a Zarzuela.