Corría el año 2002, Felipe y Letizia, ambos solteros, coincidían en una cena organizada por el periodista Pedro Erquicia, en la cual les tocó sentarse juntos. La reina acababa de comprar un piso de ochenta metros cuadrados en Valdebernardo mientras que el entonces príncipe de Asturias había adquirido su primera residencia de soltero.
Según cuentan, mientras el dúo conversaba sobre el tema en común de las mudanzas, el heredero bromeó: “Si quieres, podemos trasladar tu piso a mi dormitorio. Si lo apretamos un poco, igual hasta entra en el vestidor”. Se enamoraron y, dos años más tarde, comenzaron a vivir juntos allí, ya como marido y mujer.
La casa es conocida como ‘El Pabellón del Príncipe’ y es la residencia oficial de los reyes Felipe y Letizia. Cuenta con unos 1800 metros cuadrados divididos en cuatro plantas y se ubica a menos de un kilómetro del palacio de Zarzuela. Fue diseñada por el arquitecto Manuel del Río, que combinó un poco de la arquitectura rural castellana con la renacentista presente en el palacio de la Zarzuela, residencia de los reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía.
Luego de ser proclamado rey en 2014, don Felipe ha preferido quedarse en esta residencia, que habitaba desde el año 2002, en lugar de trasladarse a la Zarzuela. A pesar de lo que se pueda creer, varias piezas del amoblado interior han sido heredadas y la decoración estuvo a cargo de Patricia Sanchiz Castañé y Francisco Muñoz, luego de haber participado de un concurso organizado por el entonces príncipe junto a Patrimonio Nacional.