No hay recuerdos cercanos de una desaparición pública de un miembro de la monarquía tan grosera, repentina y absurda como la de Charlène de Mónaco. Digamos que es un escándalo a la par de la salida del Príncipe Harry de la Familia Real o de sus posteriores declaraciones a la prensa, donde criticaron a la mismísima Reina. El único trabajo que tiene la realeza es el de asistir a actos protocolares y cumplir su rol institucional, pero Charlène no lo está haciendo.
Después de que todo tipo de teorías salieran a la luz, un nuevo dato aporta una posible teoría definitiva de la desaparición de Charlène de Mónaco. Y es el particular gesto que tuvo su marido, Alberto II, al invitar a una ex pareja a un acto protocolar. Un gesto que fue muy criticado en su país y que desató una nueva y particular teoría.
¿Y sí Charlene de Mónaco no es víctima de una cirugía mal hecha? ¿Y si no sufre ninguna enfermedad? Una primera versión que el discurso real se apuró en desmitificar es el de la posible ruptura entre la princesa y su marido. Nadie quiere un escándalo al tono del de Iñaki Urdangarin y el Principado de Mónaco sabe que es lo peor que les podría pasar.
Pero las oscuras teorías que circulan en torno a Charlène de Mónaco tampoco son positivas para imagen del Principado. Puede que quien, de ahora en más, cargue con cierto karma público es la mismísima Princesa Charlène: ¿qué tal gravedad lleva a distanciarse de sus hijas? ¿Por qué su actual marido lleva a una ex a un acto oficial? La teoría de una posible ruptura definitiva de la pareja crece con fuerza. Y ya no hay hermetismo real que puede tapar las elucubraciones.