Cada nombre oculta una historia, un significado que lo hizo destacarse sobre decenas de opciones y definirse como el elegido para que acompañe a esa persona durante su eternidad. Lógicamente, la princesa Leonor y la infanta Sofía no son la excepción a la regla y detrás sus nomenclaturas se esconde un relato que vale la pena conocer.
Quizás la historia menos interesante, aunque no por eso menos significativa, es la de Sofía. El rey Felipe y la reina Letizia eligieron bautizar a la infanta de esa manera por dos motivos. El primero de ellos, como se puede suponer, fue por brindarle homenaje a su abuela paterna, mientras que el segundo tuvo que ver con el significado griego del nombre. algo que ambos deseaban para la vida de su hija: sabiduría.
El caso de la princesa Leonor resulta el más llamativo. Como regalo de compromiso, la reina Letizia obsequió al rey Felipe una edición de "El doncel de Don Enrique el Doliente", de Mariano José Larra. Según se pudo saber, el libro se transformó en un símbolo de unión para la pareja y es por eso que decidieron llamar a su primera hija como uno de los personajes que aparecen en el primer capítulo de la historia.
Esa es la historia que guardan los nombres de la princesa Leonor y la infanta Sofía. La reina Letizia y el rey Felipe se encargaron de que cada uno tenga un significado muy marcado y que, a su manera, sean únicos y especiales, tanto para ellos como para sus hijas.