Según dicen, los polos opuestos se atraen; lo pudimos comprobar en Ibero Show ni más ni menos que con los dueños de la corona nacional. El rey Felipe VI y la reina Letizia son los monarcas más queridos y respetados a nivel mundial por su poder de liderazgo y de implicancia social. Ambos contrajeron matrimonio en el año 2004 y desde ese entonces su paso por la corona ha sido de lo más exitoso. Sin embargo, al parecer, no todo lo que brilla es oro, puesto que habría un insólito motivo por el cual los monarcas estarían enfrentados.
Se trata, ni más ni menos, de la preferencia del rey Felipe por la gastronomía, la cual difiere al cien por ciento de los hábitos alimenticios que propaga su sofisticada esposa. "Don Felipe no tiene muchos requerimientos y come lo que se le ofrece", sostuvieron desde la empresa de Catering del servicio aéreo de preferencia de Su Majestad en un informe que se desveló en el medio ´El Confidencial´. En otras palabras, en contraposición con la dieta que impulsa la reina Letizia, el monarca elige saborear frituras, golosinas, dulces y comidas procesadas.
Al contrario del rey Felipe, la madre de la princesa Leonor erradicó por completo estos productos de su itinerario de alimentos puesto que se ha declarado una ferviente propulsora de la ingesta saludable para prevenir enfermedades metabólicas y fomentar la prevención y cuidado del medio ambiente. Pero no estaría teniendo una buena recepción por parte de su esposo, quien tiene debilidad por las papas fritas.
Pese a que la royal quiere inculcarle a raja tabla a sus hijas las propiedades de cada alimento y la concientización acerca de las comidas y zumos que son óptimos para el organismo, el rey Felipe mantiene una pícara complicidad con la heredera al trono. Ambos se regocijan de saborear un rico helado de turrón y de compartir una porción de chocolate amargo. Al parecer, la ejemplar seguidora de la emérita reina Sofía no pudo negociar con su esposo y cada uno eligen por separado el menú reales.