Hace casi 34 años, Lady Di hacía historia y revolucionaba la sociedad. En una época en la que la desinformación sobre el VIH generaba que la discriminación con quienes sufrían de esta enfermedad estuviese a la orden del día, ella saltaba todos los protocolos y recomendaciones para saludar afectuosamente a un paciente. Ese apretón de manos derribó el mito de que el SIDA se transmitía por contacto y ayudó mucho más de lo que se podría imaginar al inspirar a miles de personas, incluso al príncipe Harry.
En 1987, Harry tenía apenas tres años y sus recuerdos al respecto de lo que pasó ese día son difusos o construidos a base de lecturas o relatos de quienes conocieron a su madre. Sin embargo, eso no ha impedido que la enseñanza de su madre haya servido para que él tomara conciencia y decidiera honrar su legado, seguir por el mismo camino que ella había iniciado.
Hace algunos días, en el marco de la Semana de la Detección del VIH, Harry mantuvo una charla con Gareth Thomas, activista antiSIDA, en la que reafirmó sus intenciones y principios. "Lo que hicieron mi madre y otras muchas personas fue derribar muros y romper el aislamiento de los enfermos. Fue como si dijera: 'Cuando la gente sufre, debemos aprender más, y si el estigma se extiende, también tenemos que hablar más del tema'. Ella empezó a crear empatía. Como no se sabía nada del virus, propuso que, por lo menos, aprendiésemos más de él, en lugar de criticar y juzgar a los enfermos", explicó Harry.
Tras eso, Harry afirmó que era consciente de que nunca iba a poder ocupar el lugar de su madre, pero que no podía "dar la espalda al problema" ni al sufrimiento que genera en todo el mundo. "Siento la obligación de seguir con el trabajo que ella empezó y que está inacabado", comentó, demostrando que piensa continuar con lo que le heredó Diana.
No caben dudas de que el príncipe Harry es un digno heredero de Lady Di, tan comprometido y dispuesto a ayudar como ella. Por fortuna, las intenciones del joven no quedan solo en palabras y basta con ver sus acciones para darse cuenta de lo mucho que intenta hacer desde su posición.