El pasado lunes 23 pasó a ser caótico. Miles de seguidores y amantes del rey emérito se agolparon en las calles para tener la oportunidad de ver, al menos por unos segundos, a Juan Carlos. Desde Sanxenxo hasta Madrid, el viaje se tornó conmovedor tras dos años sin la presencia del retirado monarca. Ahora, ya sin él, la reina Letizia logró respirar y puso en marcha su agenda oficial, la cual la llevó a mostrarse nuevamente en público.
Parece que la vida de una reina está prácticamente resuelta, pero no es así, al menos para Letizia, quien en más de una ocasión enfrentó desgastantes eventos en el país como el que se vivió hace tan solo días atrás. Sin posibilidad de descanso, la monarca acudió a una importante reunión utilizando un conjunto de Hugo Boss y pendientes de oro amarillo, un regalo de sus dos hijas.
En tanto, el encuentro trató de los preparativos para el próximo viaje que realizará Letizia a Mauritania, a partir del 31 de mayo hasta el 3 de junio. La monarca protagonizará una gira por el país africano con el objetivo de promover valores como la igualdad de género, la salud y la gobernabilidad. Es por ello, que ayer recibió a en el palacio de La Zarzuela a la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Pilar Cancela, y al director de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid), Antón Leis García.
A lo largo de la visita de Juan Carlos, se especuló con la presencia de Letizia en los mismos caminos que el emérito, cosa que sucedió y de buena manera, ya que ambos celebraron el primer almuerzo familiar tras la pandemia. De esta manera, la monarca está próxima a realizar una más de sus giras por países atravesados por una historia perpleja, de desigualdades y actos agresivos que diezman a su población. En conjunto con el trabajo de distintas ONGs españolas, la reina consorte viajaría en solitario para llevar a cabo su cronograma oficial.