Recién cumplidos los dos años desde que Juan Carlos de Borbón se marchara rumbo a los Emiratos Árabes en un intento de salirse del foco mediático para correr la vista de la corona ante sus tantos problemas judiciales, finalmente se ha convertido en una suerte de exilio para el emérito, muy a su pesar.
Los que conocen al padre de Felipe VI, aseguran que se encuentra en profunda soledad en la isla de Nurai, el exclusivo enclave al que se mudara luego de vivir un largo período en uno de los hoteles de Abu Dhabi .
Si bien durante las últimas semanas ha recibido las visitas de la Infanta Elena y de Cristina después, tan solo son las excepciones que confirman la regla: estos encuentros son las únicas ocasiones en que Juan Carlos, de 84 años, se libra de su solitaria rutina, dado que sus amigos, también en edad avanzada, no tienen facilidad para llegar hasta el remoto país.
Por ejemplo, José Cusí, cercano amigo del monarca, no ha podido reunirse con él desde su partida. Tan solo el ex director del CNI, Felix Sains Roldán y el médico Manuel Sánchez acuden al Oriente Próximo para pasar tiempo en su compañía.