Antes de que doña Sofía llegara al trono español, ya mantenía entrecruces con quienes serían sus cuñadas, la infanta Margarita y doña Pilar. Si bien, al principio del romance con Juan Carlos todo pareció color de rosas, hubo pequeños varapalos entre las tres y hasta el día de hoy su contacto permanece muy frío. ¿A qué se debe este desprecio mutuo?
Todo comenzó en 1969, cuando Francisco Franco eligió como sucesor de la Jefatura de Estado a Don Juan Carlos de Borbón, algo que afectó para siempre y resquebrajó el vínculo familiar. Con esperanzas de llegar al reinado, Margarita y Pilar se aliaron con Don Juan, su padre, mientras que el progenitor del rey Felipe VI solo contó con el apoyo de doña Sofía.
Para ese entonces, Don Juan reclamaba para sí el título de Jefe de Estado, por ser el heredero natural y Conde de Barcelona. En tanto, Margarita y Pilar, “veían a Juanito como un usurpador”, confesó la periodista Pilar Eyre. Es por ello que el contacto entre la familia era frío y distante, en particular con Sofía, quien cargó todo sobre sí. El desprecio y las habladurías por lo bajo reinaban más que la ilusión de un monarca en el trono.
Ya en 1972, Don Juan dimitió de su dinastía para dar paso a su hijo Juan Carlos I como rey de España. Si bien, la familia alcanzó a sanar aquella distancia, Pilar y Margarita nunca dejaron en el olvido el maltrato y abandono que recibieron en Atenas el día de la boda de su hermano. Del otro lado, a pesar del paso del tiempo, se comenta que doña Sofía aún preserva el rencor de esos años en que Franco influyó en la fractura del clan Borbón.