Hace poco más de un año que Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina dejaron de ser una pareja. Si bien ambos siguen casados, cada uno siguió su camino apartado del otro. Por un lado, Iñaki se encuentra en pareja con Ainhoa Armentia, mientras que, por otro lado, la infanta se dedica a sus hijos. Lo cierto es que, a pesar de la distancia que mantienen, seguirán casados hasta junio de este año como habíamos desvelado.
Estos meses previos al divorcio le están costando más que caro a la infanta Cristina, no sólo por la exposición mediática que tiene, sino, además, por el peso económico que esto le genera. Y es que las vacaciones en Formentera, los viajes a Ginebra y las salidas del ex balonmanista están siendo pagas por la infanta, según lo desvelo Pilar Eyre. Todo esto se debe a que Iñaki Urdangarin hace meses dejó su puesto en el bufete de abogados donde conoció a su actual pareja.
Ni viviendo con su madre, Claire Liebaert, ni dependiendo económicamente de Ainhoa Armentia, es posible que Iñaki Urdangarin lleve a cabo la vida que está viviendo actualmente. Por lo que detrás de esa costosa vida sigue estando su, aún actual, esposa la infanta Cristina. Según el entorno de la Familia Real, esta decisión de la infanta se debe principalmente a sus hijos, y que por ello la hermana de Felipe VI se ha cargado la familia a cuestas, incluido a su esposo.
Según lo que se pudo conocer, la infanta Cristina tomó esta decisión con el objetivo de que su separación con Iñaki Urdangarin les afecte a sus hijos lo mínimo posible. Y es que la felicidad de sus cuatro hijos se ha convertido en lo más importante para ella en estos momentos. Esta tranquilidad implica aportar una mensualidad de aproximadamente 5.000 euros mensuales a su ex esposo e incluso correr con otros cargos como los de viajes y alojamiento cada vez que visita a sus hijos.