La imagen del rey Felipe VI, para muchos, es digna de admirar. Al revés que su padre, el emérito rey Juan Carlos, el hijo de doña Sofía mantiene la diplomacia, es afectuoso con sus seres queridos, enseña actitudes que derrochan empatía y, hasta el momento, en su actividad como supremo no ha tenido mayores dificultades. Es por esta razón que la población tiende a idealizar a estos personajes políticos. Pero, al igual que todos, antes de convertirse en la persona más importante del país, fue un hombre con un desconocido pasado nocturno.
La corta edad entre los tres herederos del trono real llevó a que, en su mocedad, tuvieran los mismos objetivos: divertirse como todas las personas de su edad en las noches de Palmas de Mallorca. Allí, el rey Felipe VI y sus hermanas, la infanta Elena y la infanta Cristina, asistían llenos de ilusión al club Clan que, por su puesto, en la actualidad ha cerrado sus puertas. Como era de esperarse, toda la seguridad del palacio estaba desplegado sobre la isla para preservar a los monarcas de un posible altercado, pero ellos eran mozos y solo querían pasar un momento distendido, aunque con un inquebrantable protocolo.
Uno de los ítems que tuvo que acatar el rey Felipe VI fue el único día que podía asistir al lugar: los días jueves. Según desveló el portal ´El Mundo´, mientras el regente estaba junto a sus coherederas en el interior del local bailable, sus padres se sentaban en una terraza cerca del barrio Es Joquet para aguardar hasta que salieran sanos y salvos. Asimismo, el especialista de la corona, Marcos Torio, contó detalles de una épica anécdota que guarda el esposo de doña Letizia entre sus más alocados recuerdos. Resulta ser que, debido a la magnitud de las personas involucradas, era de esperarse que absolutamente todo se mantuviese en total hermetismo.
Pero tal fue así que el rey Felipe VI casi ha sido expulsado junto a las infantas de su propia fiesta debido a que un personal de seguridad no los reconoció. No obstante, se dice que el padre de la princesa Leonor era sumamente tímido sobre las pistas, por lo que mantenía una compostura rígida vestido de traje donde tampoco dejaba ver su dentadura, ya que en esos momentos utilizaba aparato dental. Los royals tenían prohibida la ingesta de bebidas alcohólicas, por lo que un zumo de melocotón o un cóctel San Francisco era una buena opción para saciar su sed. Cabe destacar que Clan era el menos elitista de los clubes en los que participaban reconocidas personalidades. Lo que demuestra que no se necesita un lugar exclusivo para pasarla de lo más bien.