Tamara Falcó e Iñigo Onieva se encuentran en uno de los mejores momentos de su relación. Este fin de semana ha tenido lugar la celebración del matrimonio de Alejandra Fenwick, prima de Iñigo y, como era de esperarse, Falcó asistió junto a su novio a la emotiva cita familiar para vivir un fin de semana inolvidable.
Sin hacer caso a los rumores sobre crisis de pareja que a diario se ven obligados a desmentir, Tamara e Iñigo vivieron un fin de semana de ensueño en Vejer de la Frontera, donde también compartieron la ceremonia de enlace de Alejandra con sus seguidores a través de las redes sociales.
Tamara ha demostrado que ha encajado a la perfección en el círculo más íntimo de Íñigo y su familia, destacando con un atuendo sencillo pero vistoso: un vestido estampado de la firma de Andrea Mateache. Se trata del vestido Picasso, pero Falcó lo ha lucido con algún retoque, eliminado el volado de las mangas. De esta manera, la pareja derrochó amor y complicidad durante todo el fin de semana, algo que nos lleva a preguntar si serán ellos acaso los próximos en pisar el altar.
Se trata de una pregunta que la Marquesa de Griñón contestó durante la presentación de su primer libro de recetas. Tan sincera como de costumbre, la hija de Isabel Preysler ha confesado que, aunque se siente preparada, todavía es demasiado pronto para pensar en boda con Íñigo, puesto que solo llevan un año de amor. Sin embargo, al llegar a Madrid, Tamara ha preferido no responder ante la insistencia de los periodistas sobre este tema.
Pero eso no es todo, mientras Tamara se paseaba acompañada de las cámaras, Iñigo se fue por otro camino con las maletas de ambos, evitando juntarse hasta último momento y sin dejarse ver juntos. ¿Cuál será el motivo por el cual se ocultan después de un fin de semana inolvidable y de lo más romántico?