El drama en la familia real parece no tener fin. Adentrándonos a las celebridades de fiestas navideñas y de Año Nuevo, el clima de paz y tranquilidad parece no ser obedecido por los integrantes de la corona. Es que, según se supo en las últimas horas, la infanta Elena y su hija menor, Victoria Federica, se habrían cabreado nuevamente culminando en el portazo definitivo de la nieta de la emérita reina Sofía, quien alistó sus maletas y se fue a vivir a Zarzuela. Hasta aquí todo bien, pero si se tiene en cuenta que los tradicionales festejos y cenas de fin de año asisten los reyes de España, incluida la reina Letizia, el panorama cambia rotundamente.
La rebelde muchacha de 22 años parece apagar el incendio con kerosene. Es que la decisión de mudarse al palacio en el que vive doña Sofía causa desconcierto en los analistas que intentan descifrar, de todas las maneras posibles, los verdaderos motivos. Si se tiene en cuenta los rígidos protocolos y costumbres que se establecen dentro de la convivencia digna de reyes, la profesión de influencer de Victoria Federica no encuadra con la doctrina de sus antecesores. Es decir, nadie entiende por qué no se mudó junto a una amiga o a un hotel puesto que problemas económicos no posee.
Asimismo, si se considera que la reina Letizia y la infanta Elena llevan a cabo una enemistad de años, el arribo al complejo palaciego de la aspirante a la moda y a la fama desmedida es sinónimo de sumar un punto más a la lista de discrepancias. Pese a que la reina consorte vive en el Pabellón del Príncipe junto a su esposo, Felipe VI y sus hijas, y hasta puede ser que ni se crucen en lo absoluto, Victoria Federica podría querer reunirse con sus primas y pasar momentos de dispersión.
Lo cierto es que la llegada de la polémica nieta de doña Sofía al castillo real ha dejado a todos los convivientes en jaque ya que, desde siempre, intentaron mantener su vida privada lejos de las conjeturas de la opinión pública. Aunque los principios y valores que intentan transmitir a la población desde el trono no se condigan con el accionar de sus propulsores, siempre la reina Letizia intentó establecer una imagen ejemplar y digna de admirar, en la que ahora Victoria Federica vendría a patear nuevamente el tablero con su sobre presencia mediática.